La compañía Alcor Life Extension Fundation criogenizó 200
cuerpos que optaron por este mecanismo con la esperanza de volver a la vida en
el futuro, cunado “la tecnología se lo permita”.
TIMSANET En tanques llenos de nitrógeno líquido en Scott, Arizona, se
encuentran los cuerpos de 200 personas que pagaron por criogenización a la
compañía Alcor Life Extensión Fundation con el objetivo de “revivir en el
futuro”.
Los “pacientes”, como los llama la compañía, eran enfermos
terminales de cáncer, ELA y otras enfermedades que no tenían cura en la
actualidad, y que, conservando sus cuerpos, esperan volver a la vida cuando la
tecnología y la ciencia se los permita.
Volver de la muerte
Alcor Life Extensión Fundation señala ser el líder mundial
en la criónica, la preservación de los cuerpos de los humanos a muy bajas
temperaturas ya que la medicina no puede hacer nada por ellos.
Su paciente más joven es una niña tailandesa con cáncer
cerebral, que fue criopreservada en 2015 con solo 2 años. "Sus padres eran
médicos y ella tuvo múltiples cirugías cerebrales y nada funcionó,
desafortunadamente. Así que nos contactaron", dijo Max More, director ejecutivo
de Alcor.
Para el tratamiento, la compañía empieza a trabajar luego de
que la persona fallece. Eliminan los fluidos internos, incluyendo la sangre,
para añadir químicos diseñados para evitar la formación de cristales de hielo.
Luego los cuerpos son colocados en los tanques de nitrógeno líquido a la espera
del pasar de los años.
A la fecha, no existe la tecnología ni la ciencia para
revivir a un paciente “vitrificado”, término con el que quieren llamar a su
técnica.
"No queremos congelar al paciente. Queremos
vitrificarlo... Y la razón es que una vez que se enfría a muy bajo cero, la
solución, en lugar de cristalizar, se vuelve cada vez más espesa y es como una
bloque vítreo que mantiene todas las celdas en su lugar sin ninguna estructura
interna y, por lo tanto, no daña", dijo More.
"Y una vez que alcanzamos ese punto, el cuerpo se
vuelve verdaderamente sólido y no sucede absolutamente nada en el cuerpo. No
hay actividad bioquímica alguna, ciertamente no hay actividad neurológica.
Entonces, en ese punto, no importa si usted espera un día o 100 años, vas a ser
igual que cuando empezaste".
Muchos profesionales médicos no están de acuerdo, dijo a
Reuters Arthur Caplan, quien dirige la división de ética médica en la Facultad
de Medicina Grossman de la Universidad de Nueva York.
"Esta noción de congelarnos en el futuro es bastante
ciencia ficción y es ingenua", dijo. "El único grupo que se emociona
con la posibilidad son las personas que se especializan en estudiar el futuro
distante o las personas que tienen interés en querer que pagues el dinero para
hacerlo".
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